El hecho ocurrió este viernes al mediodía, cuando un hombre de 30 años, oriundo de Posadas, desoyó la orden de detención en control vehículo y aceleró a fondo para escapar de un control de Gendarmería en Monte Quemado.
En su camino, chocó a dos uniformados y siguió con su fuga. De inmediato se inició una persecución que continuó por la ruta nacional 16, hasta que la camioneta fue vista por unos vecinos que ingresaba en Presidencia Roque Sáenz Peña.
De acuerdo con las fuentes de la investigación, el misionero abandonó el vehículo en el interior de un galpón e intentó seguir la fuga a pie, pero fue alcanzado a los pocos metros por agentes de Tránsito y Seguridad Vial Interior.
Al ser demorado, el hombre fue sometido a un test de alcoholemia, que arrojó resultado negativo. La camioneta presentaba número de motor, chasis y plaquetas originales, pero la cédula de identificación era apócrifa. 

La huida duró más de tres horas y en una distancia superior a los 270 kilómetros.La gran sorpresa llegó cuando un agente observó que uno de los bancos de cemento, tipo de jardín, que trasladaba el sujeto, se había roto por los bruscos movimientos del vehículo, dejando ver que en su interior asomaba una suerte de envoltorio de nylon transparente que al ser revisada resultó ser cocaína.
Fuentes de la Policía del Chaco dijeron a NORTE que el cargamento pesó 90 kilos 128 gramos de cocaína que estaba fraccionada en 85 panes.

Asimismo, el comisario general Fernando Romero, aseguró que se trata de un operativo "histórico" efectuado de manera conjunta por ambas fuerzas, provincial y federal.
El Escuadrón 1 de Gendarmería llevó a cabo el secuestro de la camioneta y la detención del misionero, que quedó alojado en la unidad.